Buenos días, ¿Qué tal la semanilla? la mía con decisiones, cambios y mucha ilusión. Poco a poco nos vamos acercando a la primavera, y con ella las bodas, bautizos y comuniones…
El otro día una clienta mientras le asesoraba sobre el vestido perfecto para la boda de su mejor amiga, me comentó que quería llevar un tocado grande. Le expliqué que al igual que en el vestido nos fijamos en su morfología a la hora de escoger escote, corte, largo… a la hora de elegir tocado tenemos que tener en cuenta también algunos factores:
Morfología de la cara: Siempre evitamos tocados que acentúen nuestras facciones si son muy duras, por ejemplo, si tienes una cara cuadrada, evitamos tocados tipo canotiers. O si tienes la cara muy alargada evitamos tocados laterales. La idea es romper con las líneas de nuestro rostro.
- Si tienes la cara cuadrada o rectangular, estarás ideal con con tocados colocados un poco en diagonal.
- Si tienes la cara redonda, escoge tocados pequeños en la parte superior o cerca de la nuca.
- Si tu cara es alargada, evita tocados grandes o que aporten volumen en la zona superior.
Otro detalle a tener en cuenta es tu altura; si no eres muy alta evita tocados grandes o que sean muy planos, busca la verticalidad sutil. Puedes jugar con plumas o detalles que aporten altura.
Por protocolo, debes tener el tocado desde que sales hasta que vuelves a casa y colocado en el lado izquierdo (para poder hablar con el caballero que “debe ir” a tu lado derecho). Así que escoge uno que te permita comer (y dejar comer), que sea cómodo, y que te permita conversar con los demás invitados de la mesa. Véase un par de ejemplos que no estuvieron muy acertados…
